En este artículo tratamos de dar una serie de indicaciones encaminadas a que los niños sigan las instrucciones que ustedes les den, sin ser necesario que éstas les tengan que ser repetidas hasta la extenuación antes de que el niño decida, cuando él quiera y no cuando ustedes le digan, seguirlas.
Son muchas las ocasiones en las que presenciamos como niños que en el Jardín tienen un buen comportamiento y son muy colaboradores, en el momento en que papá o mamá llegan a buscarlos, inmediatamente se transforman en niños desobedientes y que no siguen las instrucciones que le da papá, mamá, o ambos. Llegado ese caso, los papás/mamás que observan ese tipo de cambio en el comportamiento de su hij@, deberían preguntarse: “¿por qué cuando la profesora de mi hij@ le da una instrucción, no sólo no hay que repetírsela, sino que además la cumple gustosamente, y en cambio en casa tengo que repetirle 10 veces las cosas?
Este comportamiento, se debe principalmente a los siguientes factores:
- El niño, que es muy inteligente, ha aprendido por observación que la profesora no está dispuesta a repetir muchas veces las instrucciones o lo que le solicita. Y esto lo aprende, bien directamente por experiencia propia, o bien por la observación de cómo la profesora tiene el mismo comportamiento con otros niñ@s
- Ese mismo niño también ha aprendido que papá o mamá sí están dispuestos a repetirle las instrucciones las veces que sea necesario. Con esa actitud, le estamos permitiendo al pequeñ@ que sea él/ella quien decide cuándo seguirlas, otorgándole una posición de desafío y fuerza frente a los papás.
Muchos papás y mamás olvidan que los seres humanos venimos al mundo sin saber cómo debemos comportarnos ni cómo se deben hacer las cosas, y el papel de los padres es ese, enseñar y facilitar a sus hijos el camino que deben seguir. Nuestra experiencia nos ha hecho ver como, en muchas ocasiones, este “indicar el camino” que se traduce en la enseñanza de reglas, normas de comportamiento y límites, es visto por muchos papás como “coartar la libertad del niño” por decirle lo que debe hacer. Particularmente no estamos de acuerdo en esta actitud, pues es mucho mayor el daño que se produce al niño al que no se le dan normas ni se le ponen límites, que el beneficio de su supuesta “libertad”. Como adultos, somos conscientes de que vivimos en una sociedad que se rige por normas y límites. Esto, que es muy evidente en los adultos, en ocasiones no se tiene tan claro cuando se forma a los niños.
Pongamos un ejemplo que es bien esclarecedor: Es muy habitual oír, por ejemplo cuando un niño no quiere hacer una tarea “yo prefiero que sea feliz a que haga las tareas siendo tan pequeño”. Esta actitud, que respetamos y es totalmente lícita, ya que lo primero que debe ser un niño es feliz, esconde una trampa para los papás, pues el mensaje que entiende el niño es: “Si no quiero hacer algo, lloro y consigo no hacerlo”. Además si el niñ@ oye este argumento dado por papá o mamá, claramente asociará: “hacer tareas = infelicidad”. Con esto le estamos dando al niño el poder de hacer lo que él quiera y cuando quiera, y todos sabemos que en la vida adulta eso no es posible. La vida en sociedad se rige por normas y límites que toda persona debe cumplir, y aquellos que no hayan aprendido a seguir dichas normas seguramente no gozarán de una buena convivencia con los demás, además de sentirse frustrados por no poder hacer lo que ellos quieren, como estaban acostumbrados desde pequeños. ¿Alguien se imagina en la ciudad conduciendo un automóvil sin seguir normas?, algo parecido ocurre cuando a un pequeño le permitimos que se salga con la suya bajo el pretexto de que si le indicamos que ese no es el camino correcto lo haremos infeliz o provocaremos en el algún “problema”
Siguiendo con el tema de cómo hacer que nuestr@s niñ@s sigan nuestras instrucciones, hemos de decir que ésta es una de las labores más difíciles y más habituales a las que los padres se enfrentan. Es mucha frustración para toda la familia cuando los padres tienen que repetir las mismas instrucciones a sus hijos ("Recoge los juguetes", “Almuerza”, “Acuéstate a dormir”,...).
A continuación les damos una serie de sugerencias que les pueden ser de ayuda para enseñar a sus niños a seguir las instrucciones la primera vez que se les dice.
- Esté preparado a reforzarlas. Si los papás no están preparados para hacer cumplir las instrucciones a su hij@, es mejor que no la dén. Si papá/mamá no hacen cumplir sus instrucciones, los niños aprenden que los padres no hacen que se cumplan sus órdenes.
- Llame su atención. Antes de dar una instrucción, debe asegurarse que su hij@ ha puesto su atención en usted, pues puede ser que no siga sus instrucciones porque simplemente no le ha escuchado. Hay que evitar también gritar las órdenes desde otro cuarto.
- No hacer preguntas. Hay que evitar dar las instrucciones como preguntas (por ejemplo, si lo que deseamos es que recoja los juguetes, no es conveniente decir "Santiago, ¿te parece bien recoger los juguetes ahora?, de esa manera puede que la respuesta que obtengamos sea “no”).
- Deben ser precisos. Es conveniente evitar dar instrucciones imprecisas como "Pórtate bien" o "Ten cuidado", ya que puede haber mucha diferencia entre lo que el papá/mamá y el niño entienden como “portarse bien o tener cuidado” Deben asegurarse que sus órdenes sean claras, específicas y que el niñ@ las entiende.
- Dígales lo que tienen que hacer. Es mejor dar instrucciones que hagan saber a los niños lo que tienen que hacer en lugar de lo que no tienen que hacer. Por ejemplo, es mejor decir "Quédate a mi lado," que "No te alejes de mí."
- Elógielos. Deben elogiar a sus niñ@s en cuanto han empezado a cumplir una orden. No se necesita esperar hasta que la orden sea cumplida para elogiarlos.
- Demuestre aprecio. Cuando una tarea ha sido cumplida, deben hacerle saber a sus hijos que aprecian su cumplimiento.
- Ponga un límite de tiempo. Si los niños no empiezan a cumplir una instrucción en unos segundos desde que le ha sido dada, los padres deben darles un tiempo fuera(1) como forma de hacerles ver que no está bien desobedecer a papá/mamá.
- No repita las advertencias. hay que evitar dar a sus hij@s advertencias repetidas. Los niños pueden aprender a obedecer órdenes después de una a ninguna advertencia, de la misma manera en que aprenden a obedecer después de cinco o seis advertencias.
- Repita la orden. Una vez que se ha cumplido con el tiempo fuera, los padres deben repetir la orden a sus hijos. Si no empiezan a cumplir con lo que se les dice, tiene que usarse el tiempo fuera de nuevo, pero por mayor tiempo. Este proceso debe repetirse hasta que los niños aprendan a cumplir con la orden.
Como siempre les mencionamos, cada niñ@ es diferente, por lo que habrá casos en los que una de las pautas se suficiente, y habrá casos que usándolas todas todavía tendrán dificultades para que su hij@ les obedezca. No olviden que ser papá/mamá es una labor hermosa, pero ardua, difícil y que exige 24 horas de trabajo, así que sobre todo les recomendamos mucha paciencia. Estamos convencidos de que aplicando estas pautas se les hará más fácil que sus hij@s sigan sus instrucciones sin tener que quedarse ustedes sin voz de tanto repetirlas.
Y para que tengan esperanza, sólo observen cómo es su hij@ en el Jardín, Guardería o colegio, si es capaz de ser así con sus profesoras, sin duda es capaz de serlo con papá y mamá, solo hay que trabajar en la dirección adecuada.
JARDÍN INFANTIL PÁRVULOS
DIRECTIVA
(1) Tiempo fuera: mecanismo por el cual, ante una actitud del niñ@ que deseamos corregir, se busca un lugar o ubicación en la casa en la que el niño debe permanecer un tiempo para hacerle reflexionar sobre lo inadecuado de su conducta. Se le puede llamar “el rincón de pensar” para que el niñ@ asocie que en ese lugar debe pensar sobre lo que ha hecho y llegar a la conclusión de que papá y mamá esperan que no se repita. Cuando se le dice que debe ir a ese lugar, debe dejar lo que esté haciendo y acudir de forma inmediata