En el presente artículo vamos a tratar un tema que en estos días se pone de manifiesto. Ante la llegada de los días de Navidad surgen las dudas en muchos padres y familias acerca de cuántos regalos y de qué tipo son mejores para los niños.
Los pequeños están esperando estas fechas porque saben que son los días en que los colman de regalos y, este hecho, hace que, en ocasiones, muestren su parte más egoísta exigiendo casi de forma vehemente lo que desean y no dudando en rechazar y mostrar su descontento en el caso de que las familias no satisfagan todos sus deseos. Este hecho, que no debe tolerarse de ninguna manera, debe ser hablado y razonado con los niños desde antes de la llegada de la Navidad, para ir iniciando en ellos la cultura del esfuerzo y la recompensa, como una forma de que comiencen a saber que las cosas en la vida cuestan trabajo y que no “caen del cielo”
Les vamos a dar algunas pautas y recomendaciones a tener en cuenta para que puedan manejar esta situación con mas facilidad:
Decirle que “no” a los caprichos de los niños/as les ayuda a convivir con la frustración y a madurar. Quiero comenzar derribando algunos mitos, y el primero es afirmar que la frustración no es mala, por el contrario, es necesaria. Es muy importante que los pequeños/as se den cuenta de que no pueden tener todo lo que desean, para que así aprendan a vivir con la frustración. De otra manera se vendrán abajo ante la menor dificultad, o en cuanto no consigan todo lo que quieren. La ausencia de un regalo determinado no le va a crear ningún problema o “trauma” al menor, mientras que tener todo a su alcance sí crea inmadurez, y lo va a convertir en un adulto inmaduro y caprichoso.
El exceso de regalos perjudica la maduración personal, ya que al darles a los hijos todo lo imaginado o todo lo que soliciten, los niños pierden el sentido del verdadero valor de las cosas, se acostumbran a acumular objetos y a no aprovecharlos al máximo. No hay nada más triste que, ante la acumulación de regalos en estas fechas, observar a un niño/a como rompe empaques y tira a un lado cada juguete que va recibiendo para ir a por el siguiente. Pareciera que le hace más ilusión deshacer los bonitos papeles de regalo en que vienen los juguetes, que los regalos en sí. Si han observado esta actitud, plantéese la posibilidad de que su hijo/a esté recibiendo más regalos de los que puede aprovechar. Ante este hecho, las familias pueden tomar diferentes actitudes y medidas para evitar que sus hijo/as se conviertan en pequeños grandes consumistas. Educar es también decir “NO”.
Otra tendencia de algunas familias es la de regalar a sus hijos/as juguetes que les hacen más ilusión a ellos que a sus hijos. Los adultos no deben utilizar como pretexto a los pequeños/as para autocomplacerse y comprarse juguetes a sí mismos. Por ejemplo, si un papá ha deseado toda la vida tener un avión a control remoto y quiere comprarlo, no debe engañarse y tampoco engañar a los demás, diciendo que es para su hijo de dos años.
Es muy importante que los progenitores jueguen con sus hijos/as, porque en muchas ocasiones, bajo la capa de regalar todo lo que los hijos piden, se está ocultando un sentimiento de culpa por no poder dedicarles más tiempo del que desearían. Sun duda, el mejor juguete de todos es aquel que sirve para que papás e hijos/as jueguen juntos.
A la hora de elegir, las familias siempre deben pensar en su hijo/a, en su forma de ser, su edad, sus gustos y características. De esta manera lograrán educar el deseo ya que los niño/as no lo tienen definido, lo quieren todo y lo quieren ya, por naturaleza son muy impulsivos y hay que ir educándolos en que no podemos tener todo lo que deseamos y en el momento que queramos. Como adultos somos muy conscientes de que en la vida, uno no puede tener siempre lo que desea y en el momento en que lo desea, que todo es un proceso y que hay cosas que requieren un esfuerzo y otras que, sencillamente, son inalcanzables. Por este hecho, no se entiende que haya familias que muestren rechazo a ir formando y preparando a sus hijo/as en este concepto desde temprana edad, sabiendo que cuanto más tarde se comience, más problemas supondrá para el niño/a aceptar que no es todo lo que el quiera, pues estará acostumbrado/a a pedir y que le llegue su pedido. Un niño/a que comprende que no puede tener todo lo que pide, será un adulto que no se frustrará ante la espera por conseguir algo o la imposibilidad de conseguirlo.
Para saber si un juguete es adecuado o no, debemos tener en cuenta:
- Debe ser elegido teniendo en cuenta las necesidades y preferencias del niño/a a la que va destinado y no los gustos del que lo elige.
- Debe ser adecuado para la edad del niño/a
- Debe estimular la creatividad, la imaginación o cualquier otro aspecto de su personalidad.
- Debe adecuarse a las características y peculiaridades de cada niño/a y fomentar aspectos como la comunicación, destreza manual y atención. Deben ser variados en cuanto a la función que desarrollan.
- Debe ser sólido y duradero. Hay que valorar de forma crítica el juguete para prever su duración y resistencia
- Debe ser seguro. Los juguetes que cumplen la normativa de seguridad vigente llevan la marca CE en el empaque. Hay que buscar siempre ese distintivo y rechazar aquellos juguetes que no lo lleven, pues no han pasado los controles de seguridad pertinentes para el niño/a.
- Debe ser seleccionado sin hacer distinciones en cuanto a sexo, ya que todos los juguetes pueden ser recomendables para niños como para niñas.
Por último, queremos hacerles algunas recomendaciones sobre los juguetes que son más adecuados para cada edad:
- De 1 a 2 años
Para esta edad son importantes todos los juguetes sensoriales y de percepción, aquellos que los niños/as pueden tocar, manipular y que tengan una reacción causa-efecto. Es decir, se trata de objetos que lleven al niño/a a moverse, que produzcan sonidos cuando toque diferentes partes del juguete. Así mismo, los colchones de texturas, los cuentos de tela y las pelotas de estimulación retan al niño a que identifique colores y tipos de superficies, contribuyendo al desarrollo de sus sentidos.
- De 3 a 6 años
En esta edad, los niños empiezan a compartir el juego con otros niños y, en el mejor de los casos, con sus padres. Por este motivo, los juegos de fichas de construcción y los rompecabezas, los cuales implican seguir un orden y compartir con otra persona, ayudan a desarrollar la creatividad y la interacción social de los niños/as. Así mismo, desarrollan la motricidad fina y la atención del niño/a.
También son muy buenos los regalos como los maletines de arte y las plastilinas, puesto que desarrollan la creatividad. Más que un libro de colorear, es más recomendable regalar estuches que incluyen materiales como crayolas, colores, en algunos casos pinturas, y hojas en blanco para que los niños/as realicen sus propias creaciones. De esta manera estamos explotando la creatividad de los niños/as, pues los libros de colorear supeditan a que el niño/a se incline a realizar un trabajo preestablecido.
Para terminar, invitamos a hacer una reflexión acerca de los juguetes que tienen algún componente violento, como pueden ser las pistolas de juguete, o los muñecos de personajes cuya actitud es violenta, como guerreros, luchadores y determinados superheroes. No recomendamos, por mucho que lo pida el niño/a, regalar estos “juguetes” pues es una forma de fomentar lo que el juguete o muñeco en sí representa. No duden que si regalan este tipo de juguetes, estaremos invitando al niño a que represente o reproduzca actitudes del personaje. Por ello, no deben alarmarse las familias cuyo hijo/a pelea o muestra agresividad ante sus compañeros, si previamente le hemos regalado un muñeco luchador o un juguete que, en la vida real, pueda implicar agresión o daño a un tercero.
Con las recomendaciones expuestas, hemos tratado de orientar a las familias que se plantean qué regalos son más adecuados ante estas fechas que se aproximan y que los niños/as viven con tanta emoción. Esperamos les haya sido de ayuda y estamos a su disposición ante cualquier consulta
Cordialmente
JARDÍN INFANTIL PÁRVULOS
Lina María Ramírez Velásquez
Psicóloga
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