Como
un elefante en una cacharrería, muchos niños en edad preescolar, enérgicos por naturaleza,
arrojan juguetes o a sí mismos contra el objetivo más cercano cuando se sienten frustrados, furiosos, molestos o alterados.
¿Por
qué? Porque esas pequeñas fuentes de energías que son los niños no tienen todavía la capacidad de razonar o hacer concesiones. Sencillamente lanzar
libros o juguetes no les parece tan diferente a lanzar pelotas.
Las
conductas “agresivas” de su hijo deben controlarse explicándole primero que
pegar, morder, lanzar objetos o molestar no son comportamientos aceptables. Luego
muéstrele y explíquele, a pesar de su corta edad, la clase de conducta que
usted espera de él: besos, abrazos, hablar, … Explíquele también por qué estas
acciones son aceptables. Asegúrese de reforzar de forma estricta y consistente
las reglas, para poder guiar así a su hijo en el camino hacia el comportamiento
adecuado.
Cómo prevenir el problema
- Supervisar con cuidado los juegos de su hijo. Para evitar que su hijo aprenda la conducta agresiva de sus pares, vigile cómo interactúan él y sus amiguitos y cómo cuidan sus juguetes. No permita que la conducta agresiva cause heridas o daños. También debe tratar la mala conducta de los amigos de su hijo como trataría la de él.
- No asuma usted conductas agresivas. Trate su propias cosas, las de usted, de la misma manera que quisiera que su hijo tratara las de él. Por ejemplo, si usted golpea, arroja cosas, grita o dice palabras malsonantes cuando está enojado, le está mostrando a su hijo que debe comportarse de esa manera cuando él se sienta enojado.
- Explíquele que morder y golpear son conductas totalmente inaceptables. Para ayudar a su hijo a que comprenda lo desagradable que es la conducta agresiva para las dos partes, explíquele cómo se siente la víctima cuando la muerden o la golpean.
- No subestime a su hijo por su corta edad. Los niños, aún a edad temprana, tienen la capacidad de comprender cuando sus padres les explican este tipo de situaciones comentadas. Así que no crea que pierde el tiempo porque su hijo no le comprende porque “sólo” tiene 1 añito. Siéntese con él y explíquele cuando crea que es necesario hacerle una reflexión.
Cómo resolver el problema
1. Lo que papá y mamá deben hacer
- Dígale a su hijo lo que debe hacer en lugar de golpear o lanzar objetos. Cuando usted observe que comienza la conducta agresiva, dígale qué cosas puede hacer en lugar de golpear o lanzar objetos cuando se siente molesto. Por ejemplo, explíquele que puede pedir ayuda o decir “ No quiero jugar más” o simplemente, abandonar el grupo de niños que se encuentran jugando. Es una buena medida pedirle que repita esas frases una serie de veces para que se familiarice con las palabras y la manera de decirlas.
- Elogie el “llevarse bien”. Hay que explicarle al pequeño qué significa “llevarse bien”. Es una buena manera decirle a su hijo que usted aprecia mucho su conducta cuando él, comparte, espera el turno, pide ayuda, etc. Por ejemplo decirle “Qué bien que compartas con tus amigos, mi amor”. Debe ser siempre específico respecto a lo que se está elogiando. Cuanto más elogie el comportamiento de su hijo, más repetirá él esa conducta.
- Corregir al niño. Corregir a su hijo le ayuda a que él entienda lo que usted desaprueba de su conducta. De esa manera, los papás muestran también que respetan la capacidad de su hijo para entender sus razones. Las correcciones, por ejemplo porque el niño haya golpeado a otro amiguito, deben hacerse en tres pasos:
- Pedir
al niño que se detenga “Deja de golpear”
- Explicarle
por qué lo desaprueba “Golpear lastima a
las personas”
- Sugerir
una alternativa aceptable “Cuando estés
molesto por algo, retírate del grupo o de la situación”
Estas tres pautas pueden ser más efectivas si van acompañadas de una postura corporal para que el niño entienda que sus papás están molestos. En muchas ocasiones, es más efectivo el lenguaje corporal que el verbal, lógicamente sin entender por lenguaje corporal la amenaza física “levantar la mano” o el castigo físico, el cual desaconsejamos de manera firme.
Si
tras la corrección, el niño sigue mostrándose “agresivo”, repita la corrección
de nuevo e incluya algún tipo de medida como el “tiempo fuera” para reforzar su
mensaje.
- Olvidar el incidente cuando termine. Que los papás recuerden al niño las agresiones anteriores no es una buena manera de enseñarle una conducta aceptable. Más bien al contrario, le estarán recordando cómo puede comportarse de manera inadecuada nuevamente.
2. Lo que papá y mamá no deben hacer
- Usar la agresión para detener la agresión. Lo único que los papás enseñan al niño si lo golpean, es a que él use la agresión como una manera de corregir a otros en circunstancias parecidas.
- “Explotar” cuando su hijo lo hace. Alterarse en demasía cuando su hijo golpea a alguien, le probará al niño que puede usar la agresión para llamar la atención de sus papás y, por lo tanto, de tener poder sobre ustedes.
Es importante que las conductas en las que se producen
agresiones, sean tratadas desde su inicio. Aunque es entendible, no es positivo que los papás o mamás atenúen estos comportamientos con argumentos del tipo “es que está muy chiquito” o “es que es muy mimado” o “es que a él también lo agredieron”,
pues usando estos argumentos lo único que estamos transmitiendo al niño, dada
su capacidad de razonamiento a edades tempranas es: “no pasa nada, puedes seguir haciéndolo”. Cualquiera que sea la
causa, como papás y mamás, deben actuar en el momento en que detecten, observen
o les informen que sus pequeños han tenido un comportamiento de agredir a otro
compañerito o adulto.
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