domingo, 3 de septiembre de 2017

MIRA CÓMO CREZCO III, DE 4 A 6 MESES


El bebé parece haber descubierto que la boca es el mejor invento del mundo. Todo se lo lleva allí, como si fuera un sofisticado sistema de radar capaz de ayudarle a comprender mejor cualquier objeto. Al mismo tiempo, sus padres han desarrollado un gran aprecio por los mordedores. Son instrumentos mágicos y muy útiles, pues el/la pequeñ@ se entretiene durante largos ratos, mientras que sus padres pueden dedicar esos ratos al tipo de tareas que les ocupaban hace tiempo.
Se lo pasan todos muy bien. El bebé sonríe cada vez más, sigue a papa y mama con la mirada a todas partes. Cuando lo dejan boca abajo, lleno de curiosidad, el bebé levanta su cabecita, que tiembla y se balancea un poquito, y les mira, con ojos atentos y asombrados. Este acto es una muestra de una gran fuerza interior que el bebé ya muestra desde tan temprana edad. Y esta fuerza interior es la que le impulsará desde ahora mismo hacia su futuro, a captar y comprenderlo todo. Esta fuerza es su mayor tesoro. Aquél que todas las madres y padres debemos esforzarnos más por cuidar y alimentar.
Cuando no le hacen caso, el bebé se enfada. Esto es debido a que está desarrollando ya otra de las características propias del ser humano, el sentido de pertenencia a un grupo. El suyo, claro, es su familia. Si fuera por él, se pasaría el día bien apretadito junto a papá y mamá.
Utiliza las más variopintas estrategias para llamar la atención, pero destacan reírse y refunfuñar. Es importante hacerle saber que estamos con él, aunque en ese momento estemos ocupados en otra cosa o actividad.  Le dirigiremos palabras confiadas y suaves para no alarmarle. Y en cuanto sea posible, lo abrazaremos y acariciaremos.
Para el bebé de esta edad, mamá y papá son las personas más confortables y que mejor huelen y suenan del mundo. De hecho, ya ha aprendido a identificar a los extraños: “Esta señora es nueva, no la conozco”. A medida que su personalidad se vaya desarrollando, y también según la actitud de la persona que se le acerque, el bebé ya decide si sonreír o no, si retirar la mirada, o si echar a llorar. Es importante saber que ninguna de estas reacciones es mejor o peor que las demás. Son, sencillamente, sus primeros impulsos. Debemos enseñarle a interpretarlos con palabras cariñosas.
En este período se inicia uno de los procesos más maravillosos para los padres. Cuando éstos le hablan al bebé, o le cantan, el bebé comienza a responderles. A veces la respuesta es una pedorreta. Otras veces el bebé responde con un balbuceo: “ba”, que los papás suelen incorporar a su léxico como si fuera el latiguillo de moda.
Aunque aún le queda mucho para comenzar a andar, el bebé ya mira sus pies con una fascinación absoluta. Si está en la cuna boca abajo, no duda en girarse para ponerse panza arriba y tocar sus pequeños pies. Su propio cuerpo es otro de esos mundos nuevos que poco a poco va aprendiendo a conocer. Por eso, suele quedarse totalmente asombrado cuando se mira al espejo y se reconoce. Es como si pensara: “¡Pero si ese soy yo!”  Este es el maravilloso primer paso de una investigación que no terminará nunca, porque, al fin y al cabo: ¿quién se conoce a sí mismo del todo?
¿CÓMO SOY? ¿QUÉ NECESITO?
Parece como si el bebé de esta edad pensara:
-       Papá, mamá, esto de ser bebé es cada vez más divertido. Yo me lo paso muy bien, y seguro que vosotros también. Aunque hay veces que, cuando os asustáis por algo, yo también me asusto. Poco a poco voy aprendiendo que la vida está llena de alegrías y sustos. ¡Creo que me va a gustar!
El bebé sigue creciendo a gran velocidad. En esta etapa la vista del bebé va mejorando, comienza a distinguir los colores, por los que sentirá una gran atracción, ¿por qué?... sencillo, todo el mundo está lleno de colores y esto es motivo de inspección por parte del pequeñ@
Papá, mamá, estas son algunas de las cosas que ya sé y me gusta hacer:
 Descubrir mi alrededor. Mirando, escuchando, tocando. A veces no me acuerdo de que no me muevo del todo bien, así que no me dejéis solo encima de una cama, porque en cualquier momento puedo echar a rodar más rápido de lo que pensáis. 

 Sujetar cosas con las manos y llevármelas a la boca. Si me dejáis ensayar un poco con el biberón, enseguida seré un profesional en su uso. Eso sí, no os olvidéis de cerrar bien la tapa ¡Gracias!
 Me encanta babear. Esto es porque hacia los seis meses me comienzan a salir los dientes incisivos, y la boca se me llena de saliva. Por eso me gusta tanto el mordedor.

 Aunque penséis que no me entero de nada, disfruto cuando me contáis cuentos. Es cierto que mi comprensión es aún un poquito limitada, pero pocas cosas en el mundo me hacen tan feliz como comprobar que sois capaces de pasaros un buen rato hablándome, cantándome o haciendo muecas raras para hacerme reír.
 No me gusta llorar, pero todavía sé hacerlo muy bien. Atención: lloro de forma un poco diferente según cuál sea el motivo. Así que atentos.
 Estar limpito y bien alimentado (la leche de mamá sigue siendo la mejor para mí) son mis dos necesidades principales. ¡Pero no las únicas! Recordad que soy una personita.

Estas son el tipo de cosas que necesito:
·      Atención, y muchísimo cariño. Dejad que aprenda a acariciaros la cara yo también con mis manos.
·      Ir a todas partes con vosotros. Cuantos más entornos y lugares nuevos vea, y más sensaciones reciba a través de los sentidos, mejor.
·      No os olvidéis de que percibo el frío y el calor igualque vosotros. No me abriguéis demasiado, ni me dejéis a la intemperie. Cuando vamos de paseo y hace sol, no me gusta que me dé directamente en la cara, así que os agradezco si colocáis una sombrilla que me proteja.
·      Mi ropita debe seguir siendo cómoda. Si además de cómoda es bonita, estupendo. ¡Pero por favor que no sea más bonita que cómoda!
·      Me encanta estar tumbado en sitios diferentes a la cuna o la alfombra. Por ejemplo, la hierba. Buscad un lugar así, diferente. Soy feliz experimentando nuevos ambientes y serán muy importantes y útiles para mi desarrollo neuro-sensorial
·      Todavía me gusta mucho dormir. Por eso dedico la noche a dormir hasta diez horas (sólo me levanto para reclamar mi ración de alimento) y durante el día aún hago tres o cuatro siestas.
·      Para dormir sí prefiero hacerlo siempre en el mismo sitio.
·      En el momento del baño, aprovechad para acariciarme y cantarme. La mezcla de agua tibia, temperatura agradable y mis papás queriéndome es la mayor de las fiestas para mí.

Y aquí finalizamos este artículo dedicado a la evolución y desarrollo del bebé entre los 4 y los 6 meses de edad. Nos vemos la próxima semana con un nuevo artículo.




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